Si
hay un recuerdo que, de alguna manera, reúne a todo estudiante del Colegio
Alemán de Maracaibo, al menos en los últimos años, es un pequeño periódico que
se entregaba cada vez que terminaba un año escolar. Un pequeño periódico que
nos contaba lo más relevante acaecido en el colegio durante ese año escolar que
expiraba. Ese periodiquito se llamó El Alemancito. Muchos de los que leen estas
líneas lo recordarán con mucha nostalgia. El esfuerzo por mantenerlo siempre
vigente fue de la muy querida profesora de Castellano y Literatura, María Elena
Luzardo. No creo que se pueda pensar en él sin recordar a la profesora como
tampoco se puede pensar en la profesora sin recordar al Alemancito. Siempre
lleno de colores y las tiernas y balbucientes palabras de los jóvenes que
apostaban por la escritura como mecanismo para expresar sus múltiples
inquietudes. De pronto, esos colores pasaron a los grises que comenzaban a
señalar que las cosas estaban cambiando. Que aquello que antes era facilidad
plena, comenzaba a tornarse esfuerzo y sacrificio, y lo primero que se
sacrificó fueron los colores. Sin embargo, lo compensaba la pasión de no dejar
morir un sueño bonito que, al final, terminaba convocándonos a todos.
Un
día el Alemancito no salió. No resultaba fácil sacarlo. De él sólo quedaban las
preguntas, hasta que ellas, un día, dejaron de hacerse. El Alemancito se volvió
un grato recuerdo y, al mismo tiempo, en una promesa para los que, en alguna
oportunidad, lo vimos circular por las manos de profesores, maestras, representantes
y estudiantes. La promesa se ha vuelto, una vez más, realidad. Una realidad que
asume el compromiso de la permanencia y la constancia. Una realidad que también
asume el reto de la tecnología pasando a un nuevo formato: este que se abre
ante sus ojos abrazando la era digital. El Alemancito ha vuelto.
Vuelve
con la timidez de un proyecto que aprende de nuevo a caminar, pero, al mismo
tiempo, con todo el deseo de crecer otra vez contigo y junto a ti. Vuelve para
acompañarte y para que nos acompañes en este nuevo camino. El Alemancito
regresa como boletín digital con la ambición de actualizarse de manera mensual
de la mano de los que siempre fueron su razón de ser: los estudiantes del
Colegio Alemán de Maracaibo. El Alemancito abre sus ojos para gritar a todo
pulmón que nuestro colegio, tu colegio, está cumpliendo 50 años de existencia
en el corazón de la ciudad. 50 años sirviendo a un colectivo que apuesta y
apostará siempre por la inteligencia, por el civilismo, por el valor superior
del trabajo, de la honestidad y del servicio.
Hace 50 años, el Dr. Raúl Leoni, presidente
de la República, inauguraba el puente de Angostura sobre el río Orinoco. La
guerra de Vietnam estaba en su apogeo doloroso y la música nos brindaba una
experiencia alucinante con el nacimiento de The Doors y los sonidos
experimentales de Sgt.
Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles y Smiley Smile de The Beach Boys. Decía
presente el Boom Latinoamericano con Cien Año de Soledad, Cambio de Piel y Los
Cachorros, así como la aparición de novelas fundamentales para la cultura
occidental como El Maestro y Margarita de Mijaíl Bulgákov, y Miguel Ángel
Asturias le brinda a Latinoamérica su segundo Premio Nobel de Literatura. Año
brillante para el cine en el que disfrutamos de The Graduate, Guess Who's Coming to Dinner y In the Heat of the Night. Un año muy rico en muchos sentidos. Caracas
sería sacudida por un terremoto y Venezuela quedaba asombrada ante la única
invasión de la cual fuimos víctimas en todo el siglo XX: en Machurucuto
desembarcan cubanos con la intención de derrocar al gobierno del presidente Leoni. Año de la guerra de los seis días
entre Israel y los estados árabes vecinos y del asesinato por tropas bolivianas
del Ernesto Guevara, pero también es el año del verano del amor y del primer
trasplante de corazón. Año de la aparición de la Carta Encíclica Populorum
Progressio de Pablo VI dedicada a la cooperación entre los pueblos y al problema de los países
en vías de desarrollo.
El Colegio Alemán de Maracaibo nace abrigado por ese espíritu innovador
y revolucionario (en el buen sentido del término) de la década de los 60. Brota
del corazón de la historia como compromiso con la comunidad y con nosotros
mismos de enfrentar las complejidades de nuestro tiempo apostando siempre por
la inteligencia y la cultura, sin abandonar los ideales de fraternidad y
libertad que deben ser la base de todo proyecto educativo serio. Por ello, esta
edición del Alemancito, la primera de esta nueva etapa, no sólo se suma a la
fiesta de la familia del Alemán de Maracaibo, sino que intenta humildemente
contagiarse de aquel espíritu que abrazó a los fundadores para dar testimonio
del trabajo, de la seriedad, de la honestidad y de la entrega que han
caracterizado el paso del colegio durante estos primeros 50 años.
En este primer número presentamos un texto que nos entrega el Dr. Ángel
Lombardi, rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta, en el cual nos
ayuda a vislumbrar un reto al que irrenunciablemente debe asumir la educación
venezolana: rescatar los valores supremos de la fraternidad y la integración.
Traemos la entrevista del mes con la profesora Isabel Reyes, directora del Colegio
Alemán de Maracaibo. Así como dos pequeños, pero muy profundos trabajos de dos
jóvenes que comienzan sus caminos en la escritura, ellas son: Gabriela León y
nuestra egresada Ivanna López. Frente a ti, este primer Alemancito, cuya
humildad y sencillez no se comparan a la pasión con la cual irá creciendo junto
al colegio contigo de la mano.
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