jueves, 2 de febrero de 2017

Editorial

Si hay un recuerdo que, de alguna manera, reúne a todo estudiante del Colegio Alemán de Maracaibo, al menos en los últimos años, es un pequeño periódico que se entregaba cada vez que terminaba un año escolar. Un pequeño periódico que nos contaba lo más relevante acaecido en el colegio durante ese año escolar que expiraba. Ese periodiquito se llamó El Alemancito. Muchos de los que leen estas líneas lo recordarán con mucha nostalgia. El esfuerzo por mantenerlo siempre vigente fue de la muy querida profesora de Castellano y Literatura, María Elena Luzardo. No creo que se pueda pensar en él sin recordar a la profesora como tampoco se puede pensar en la profesora sin recordar al Alemancito. Siempre lleno de colores y las tiernas y balbucientes palabras de los jóvenes que apostaban por la escritura como mecanismo para expresar sus múltiples inquietudes. De pronto, esos colores pasaron a los grises que comenzaban a señalar que las cosas estaban cambiando. Que aquello que antes era facilidad plena, comenzaba a tornarse esfuerzo y sacrificio, y lo primero que se sacrificó fueron los colores. Sin embargo, lo compensaba la pasión de no dejar morir un sueño bonito que, al final, terminaba convocándonos a todos.

Un día el Alemancito no salió. No resultaba fácil sacarlo. De él sólo quedaban las preguntas, hasta que ellas, un día, dejaron de hacerse. El Alemancito se volvió un grato recuerdo y, al mismo tiempo, en una promesa para los que, en alguna oportunidad, lo vimos circular por las manos de profesores, maestras, representantes y estudiantes. La promesa se ha vuelto, una vez más, realidad. Una realidad que asume el compromiso de la permanencia y la constancia. Una realidad que también asume el reto de la tecnología pasando a un nuevo formato: este que se abre ante sus ojos abrazando la era digital. El Alemancito ha vuelto.

Vuelve con la timidez de un proyecto que aprende de nuevo a caminar, pero, al mismo tiempo, con todo el deseo de crecer otra vez contigo y junto a ti. Vuelve para acompañarte y para que nos acompañes en este nuevo camino. El Alemancito regresa como boletín digital con la ambición de actualizarse de manera mensual de la mano de los que siempre fueron su razón de ser: los estudiantes del Colegio Alemán de Maracaibo. El Alemancito abre sus ojos para gritar a todo pulmón que nuestro colegio, tu colegio, está cumpliendo 50 años de existencia en el corazón de la ciudad. 50 años sirviendo a un colectivo que apuesta y apostará siempre por la inteligencia, por el civilismo, por el valor superior del trabajo, de la honestidad y del servicio.

Hace 50 años, el Dr. Raúl Leoni, presidente de la República, inauguraba el puente de Angostura sobre el río Orinoco. La guerra de Vietnam estaba en su apogeo doloroso y la música nos brindaba una experiencia alucinante con el nacimiento de The Doors y los sonidos experimentales de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles y Smiley Smile de The Beach Boys. Decía presente el Boom Latinoamericano con Cien Año de Soledad, Cambio de Piel y Los Cachorros, así como la aparición de novelas fundamentales para la cultura occidental como El Maestro y Margarita de Mijaíl Bulgákov, y Miguel Ángel Asturias le brinda a Latinoamérica su segundo Premio Nobel de Literatura. Año brillante para el cine en el que disfrutamos de The Graduate, Guess Who's Coming to Dinner  y In the Heat of the Night. Un año muy rico en muchos sentidos. Caracas sería sacudida por un terremoto y Venezuela quedaba asombrada ante la única invasión de la cual fuimos víctimas en todo el siglo XX: en Machurucuto desembarcan cubanos con la intención de derrocar al gobierno del presidente Leoni. Año de la guerra de los seis días entre Israel y los estados árabes vecinos y del asesinato por tropas bolivianas del Ernesto Guevara, pero también es el año del verano del amor y del primer trasplante de corazón. Año de la aparición de la Carta Encíclica Populorum Progressio de Pablo VI dedicada a la cooperación entre los pueblos y al problema de los países en vías de desarrollo.

 

El Colegio Alemán de Maracaibo nace abrigado por ese espíritu innovador y revolucionario (en el buen sentido del término) de la década de los 60. Brota del corazón de la historia como compromiso con la comunidad y con nosotros mismos de enfrentar las complejidades de nuestro tiempo apostando siempre por la inteligencia y la cultura, sin abandonar los ideales de fraternidad y libertad que deben ser la base de todo proyecto educativo serio. Por ello, esta edición del Alemancito, la primera de esta nueva etapa, no sólo se suma a la fiesta de la familia del Alemán de Maracaibo, sino que intenta humildemente contagiarse de aquel espíritu que abrazó a los fundadores para dar testimonio del trabajo, de la seriedad, de la honestidad y de la entrega que han caracterizado el paso del colegio durante estos primeros 50 años.

 


En este primer número presentamos un texto que nos entrega el Dr. Ángel Lombardi, rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta, en el cual nos ayuda a vislumbrar un reto al que irrenunciablemente debe asumir la educación venezolana: rescatar los valores supremos de la fraternidad y la integración. Traemos la entrevista del mes con la profesora Isabel Reyes, directora del Colegio Alemán de Maracaibo. Así como dos pequeños, pero muy profundos trabajos de dos jóvenes que comienzan sus caminos en la escritura, ellas son: Gabriela León y nuestra egresada Ivanna López. Frente a ti, este primer Alemancito, cuya humildad y sencillez no se comparan a la pasión con la cual irá creciendo junto al colegio contigo de la mano.

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