jueves, 2 de febrero de 2017

La entrevista del mes

La entrevista de hoy es para la directora del Colegio Alemán de Maracaibo, profesora Isabel Reyes.
Por: Laura Navarro
Fotografías: Orlando Nava
5 año Sección A






¿Cuánto tiempo tiene ejerciendo la docencia?
Tengo 50 años…porque yo empecé a trabajar en primaria y como uno se graduaba en 4 años en escuela normal, me tuvieron que aumentar la edad para poder trabajar, pero tenía tan buenos créditos como alumna que me brindaron esa oportunidad. Establecieron en Lagunillas un colegio que venía como una extensión del Instituto Escuela en Caracas. Un colegio de mucho crédito, muy bueno. Estaban buscando personal que fuera idóneo para intentar competir con las escuelas de la compañía, ahí los hijos de nómina mayor de Shell estudiaban, después los de Meneden y Creole; y bueno… ellos vieron mi actitud, mis aptitudes y competencias, dijeron, bueno, a esta persona le aumentamos los años y que trabaje, porque uno se graduaba de 6to grado y hacia 4 años de normal y se graduaba jovencito. Estuve en el Instituto escuela 17 años y luego pase por el Bilú, después me llamaron de aquí y aquí tengo 32 años.

¿Qué sintió ese primer día como profesora?
Me sentí muy bien, porque era como un objetivo que me plantee de ser docente. Me gustaba ser maestra y entonces, en la escuela primaria, estudiaba en la escuela de la compañía, mi papá trabajaba en Creole, un trabajador petrolero, y esas escuelas eran muy buenas de allí salía uno de 6to grado con una gran formación, luego escuela normal, unas escuelas normales muy buenas, porque yo dije… bueno, como en primaria fui muy buena, me gustaban todas las materias y era muy competitiva en Matemática, esto es lo que voy a estudiar. Disfruto dando truquitos en Matemática para que el muchacho sepa que realmente es fácil y se puede jugar con ella, eso fue un reto en primaria con los muchachos a los que les daba clase en 4to, 5to y 6to grado. Les daba la matemática en función de 1er año, les mostraba esos truquitos y me gustaba observar el triunfo de los muchachos, es decir, ver muchachos que no les gustaba la materia, pero les gustaba aprenderla y dominarla, y que ellos sintieran que odiaban la matemática y luego la querían, eso era para mí representó un éxito grande. Eso lo viví y me gusta, todavía me gusta saber que explico algo y el muchacho lo capta. Me gustó, me sentí muy bien, desde el punto de vista de lo que yo quería ser, me sentí realizada como maestra, quería ser maestra y hacerme sentir como tal y lo hice, me gustó y hasta el día de hoy todavía estoy en esto, no estoy en aula, pero estoy muy pendiente de lo que allí ocurre, de los que se da y qué está haciendo cada docente. Estoy vigilante de que las cosas funcionen desde todo punto de vista, desde el punto de vista disciplinario y desde el punto de vista académico también, por eso he ido introduciendo en el Colegio Alemán de Maracaibo vean Geometría Analítica, en vez de Dibujo, porque la van a necesitar en 5to año y aquellos que decidan estudiar una carrera científica.

Quiero que todos los que salgan de aquí sean triunfadores y, de hecho, me llena de mucha satisfacción, cuando me llega un muchacho que se gradúa y le toca hacer comparaciones en la universidad y se dan cuenta de que están muy preparados y a veces ni ellos sabían cuán preparados estaban. Cuando entran en la comparación con lo que viene de otras partes en la universidad o cuando sienten que algún profesor del colegio es muy exigente y les toca ver esa materia en la universidad y les va bien, el muchacho luego reconoce todas esas cosas, porque se siente bien, se siente exitoso y mi labor desde el primer día ha sido velar porque los muchachos sean triunfadores, sientan que sirven para mucho y que cuando llega la universidad puedan demostrarlo. Por eso me sentí muy bien desde el primer día que entré a un salón de clase, porque ahí fui a practicar lo que la escuela normal me había dicho y para los que me había preparado: para ser maestra. Maestra viene de magister, el que enseña y ese ha sido mi norte toda la vida, por eso me sentí bien en ese momento y me siento bien ahora también.

¿Dónde comenzó su carrera?
En el Instituto Escuela Lagunillas, una escuela privada que venía con un contrato con las escuelas de la Compañía para que estudiaran ahí los hijos de los empleados de nómina mayor de la compañía Shell, lo que posteriormente fue Maraven, y después estudiaron los de nómina mayor de Creole que fue después Lagoven. Creole y la Mene Grande Oil Company.

¿Cómo llega al Colegio Alemán de Maracaibo?
Yo hice una pasantía por el Bilú, el colegio hispano-hebreo, luego de mi renuncia al Instituto Escuela, mi papá había terminado de trabajar en la empresa petrolera, lo jubilaron, nos vinimos a Maracaibo. Sin embargo, continué viajando 3 años a Lagunillas, por el amor que le sentía a aquel colegio, e incluso llegué a trabajar en bachillerato en ese colegio, daba matemática hasta 3er año y es por eso decido venirme a Maracaibo para terminar la licenciatura, porque vivir en Lagunillas y estudiar en Maracaibo era bien complicado. Saqué los Estudios Generales por Cabimas, porque vivía en Cabimas con un hermano y luego tenía que trasladarme a Maracaibo. De tal manera que, trabajar en Lagunillas, vivir en Cabimas y estudiar la universidad en Maracaibo era muy complicado, por eso me vine. Estando en el Bilú un día me dice la directora que le habló la profesora Carmen de Alfonzo, que era la  directora del Alemán en primaria, porque estaban necesitando una maestra, y ella le dijo que estaba yo, pero que yo quería dedicarme a bachillerato. Igual me dijo que fuera, que Carmen de Alfonzo quiere que vaya. Le dije que no iba a trabajar en el CAM, que yo no quería volver a primaria. Me dijo que fuera para que dejara de insistir y así hice. El Alemán, en ese tiempo, estaba frente a la Escuela de Arte Julio Arraga, por ahí quedaba también el Liceo Guzmán Blanco. El colegio estaba en una casona alquilada y que estaba modificada. Habían construido unos salones en la parte de atrás, pero era una casona vieja, al menos la fachada y había una estructura que era vieja pero otra nueva que habían estado construyendo los alemanes, y ahí funcionaba bachillerato.

¿Recuerda ese primer día?
Si, como no… cuando me dicen que venga, yo voy del Bilú a ese colegio y en eso me presento, estaba la señora Hauffe y un señor que no recuerdo bien. Saludo y digo que tengo una entrevista con la profesora Carmen de Alfonzo. Cuando ella llega me doy cuenta de que es Carmen Salazar, es de lagunillas y le digo que soy hija de Teodoro Reyes, los Reyes de Lagunillas y me lleva a la biblioteca, me dice que ella quería una maestra, pero que no era de maestra que ella me iba a poner, me ofreció la dirección del colegio, porque sabía quién era, porque yo traía trayectoria del instituto escuela y lo consideraban elite y por la calidad académica. Ella sabe porque yo le di clase a una cuñada de ella. Me conocía bien. Quiere que yo sea la directora porque el director se va. Habló con los miembros de la Asociación Escolar Alemana, me entrevistaron y me dijeron que volviera tal día. Fui y me dijeron usted se queda con nosotros, vimos su currículo, la experiencia que tiene y es aquí, le ofrecemos esto y esto y hasta el sol de hoy.

¿Cuando asumió la dirección del colegio?
La asumí en el 84/85, el 15 de septiembre de 1984.

 ¿Recuerda lo que sintió?
Una gran responsabilidad, porque yo venía de una institución de gran calidad y con gran sentido de la responsabilidad, era un colegio de renombre que había contribuido a mi formación profesional y yo venía con una gran carga de responsabilidad y preparación. Uno salía con muy buenas notas de la normal pero con la experiencia aprendí mucho. Cuando llegué acá dije: esto tiene que ser tan bueno como aquello, de todas maneras el Colegio Alemán de Maracaibo ya era el Colegio Alemán de Maracaibo, y yo vi que tenía que contribuir a su grandeza, pero todavía habían muchas cosas por hacer para continuar creciendo.

¿Cómo le gustaría ser recordada?
Como una persona justa… porque la justicia ha sido una de mis normas, a mí me gusta que el muchacho y las personas sientan que soy justa, porque si hay algo que me molesta es la injusticia. Me gustaría que me recordaran como alguien que hizo, que contribuyó a la formación de mucha gente con créditos, con valores, con ganas de querer ser grandes y lo han sido, y que siento una gran satisfacción cuando muchachos exalumnos me escriben o me llaman de varias partes del país. Médicos, abogados, ingenieros y me dicen mire profesora se acuerda de mi yo soy fulanito de tal y claro que me acuerdo, y mandan recuerdos y muchachos agradecidos, dicen palabras muy lindas y llega. Me llena que las personas sean triunfadoras y hagan de su vida algo provechoso.

A pesar de tantos momentos difíciles en el plano personal y profesional ¿qué le da ánimos para continuar?
Mi familia… yo soy muy gregaria y mi familia es muy unida. Siento que he sido medio madre de mis hermanos, soy muy protectora y siempre ha sido así. Siento que, a pesar de todas las cosas que están ocurriendo en el país, de ver que en educación hay cosas que están implantando que son un desastre, que no tiene ni pies ni cabeza, a pesar de eso creo que vale la pena seguir luchando. Creo que este es un país del que se puede esperar mucho. Desde el punto de vista personal: mi familia; y desde el punto de vista general, el país creo que vale la pena. Respeto a la gente que se va del país, esa fue su opción y eso es lo que ellos creyeron, pero creo que hay que luchar en este país, hay que quedarse y luchar porque vale la pena…

¿Qué significa el Alemán de Maracaibo para usted?
Yo no voy a decirte que todo… pero si mucho… significa mucho, cuando tú le das parte de tu juventud a una institución, cuando tú le das años de tu vida a una institución crea unos lazos afectivos muy estrechos y tu terminas identificándote con la institución y su gente. Entonces el Alemán representa mucho para mi sentimentalmente hablando, porque siento que fueron muchos los compromisos que yo hice con esta institución. Recuerdo que cuando me llamaron para trabajar aquí, como al año me llegó un amigo a la casa y me dijo que tenía una entrevista con el rector de la URU, que quedaba vía La Concepción, y me dijo que el Dr. Fulanito de tal quería hablar conmigo y le pregunté para qué. Me dijo que quería que formara a parte del cuerpo de profesores de allá, que necesitaban profesores de Física, Cálculo y estaba interesado en hablar conmigo. Para mi pesó más el Colegio Alemán que ir a trabajar con la URU. Le dije que le diera las gracias al rector, pero que yo estaba trabajando en el Alemán y aquí me iba a quedar… Se crean unos lazos afectivos y de compromiso que son difíciles de soltar, a veces uno puede sentirse agobiado, pueden pasar muchas cosas en un día, es el gobierno, es el alumno, es el representante, es el profesor, pero aquí sigo, como me dijo alguien una vez, eso es un día, al día siguiente son menos cosas y aquí sigo… hasta que Dios quiera…

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