La entrevista de hoy es para la directora del
Colegio Alemán de Maracaibo, profesora Isabel Reyes.
Por: Laura Navarro
Fotografías: Orlando Nava
5 año Sección A
¿Cuánto tiempo tiene
ejerciendo la docencia?
Tengo
50 años…porque yo empecé a trabajar en primaria y como uno se graduaba en 4
años en escuela normal, me tuvieron que aumentar la edad para poder trabajar,
pero tenía tan buenos créditos como alumna que me brindaron esa oportunidad.
Establecieron en Lagunillas un colegio que venía como una extensión del
Instituto Escuela en Caracas. Un colegio de mucho crédito, muy bueno. Estaban
buscando personal que fuera idóneo para intentar competir con las escuelas de
la compañía, ahí los hijos de nómina mayor de Shell estudiaban, después los de
Meneden y Creole; y bueno… ellos vieron mi actitud, mis aptitudes y
competencias, dijeron, bueno, a esta persona le aumentamos los años y que
trabaje, porque uno se graduaba de 6to grado y hacia 4 años de normal y se
graduaba jovencito. Estuve en el Instituto escuela 17 años y luego pase por el
Bilú, después me llamaron de aquí y aquí tengo 32 años.
¿Qué sintió ese primer día
como profesora?
Me
sentí muy bien, porque era como un objetivo que me plantee de ser docente. Me
gustaba ser maestra y entonces, en la escuela primaria, estudiaba en la escuela
de la compañía, mi papá trabajaba en Creole, un trabajador petrolero, y esas
escuelas eran muy buenas de allí salía uno de 6to grado con una gran formación,
luego escuela normal, unas escuelas normales muy buenas, porque yo dije… bueno,
como en primaria fui muy buena, me gustaban todas las materias y era muy
competitiva en Matemática, esto es lo que voy a estudiar. Disfruto dando
truquitos en Matemática para que el muchacho sepa que realmente es fácil y se
puede jugar con ella, eso fue un reto en primaria con los muchachos a los que
les daba clase en 4to, 5to y 6to grado. Les daba la matemática en función de
1er año, les mostraba esos truquitos y me gustaba observar el triunfo de los
muchachos, es decir, ver muchachos que no les gustaba la materia, pero les
gustaba aprenderla y dominarla, y que ellos sintieran que odiaban la matemática
y luego la querían, eso era para mí representó un éxito grande. Eso lo viví y
me gusta, todavía me gusta saber que explico algo y el muchacho lo capta. Me
gustó, me sentí muy bien, desde el punto de vista de lo que yo quería ser, me
sentí realizada como maestra, quería ser maestra y hacerme sentir como tal y lo
hice, me gustó y hasta el día de hoy todavía estoy en esto, no estoy en aula,
pero estoy muy pendiente de lo que allí ocurre, de los que se da y qué está
haciendo cada docente. Estoy vigilante de que las cosas funcionen desde todo
punto de vista, desde el punto de vista disciplinario y desde el punto de vista
académico también, por eso he ido introduciendo en el Colegio Alemán de
Maracaibo vean Geometría Analítica, en vez de Dibujo, porque la van a necesitar
en 5to año y aquellos que decidan estudiar una carrera científica.
Quiero
que todos los que salgan de aquí sean triunfadores y, de hecho, me llena de
mucha satisfacción, cuando me llega un muchacho que se gradúa y le toca hacer
comparaciones en la universidad y se dan cuenta de que están muy preparados y a
veces ni ellos sabían cuán preparados estaban. Cuando entran en la comparación
con lo que viene de otras partes en la universidad o cuando sienten que algún
profesor del colegio es muy exigente y les toca ver esa materia en la
universidad y les va bien, el muchacho luego reconoce todas esas cosas, porque
se siente bien, se siente exitoso y mi labor desde el primer día ha sido velar
porque los muchachos sean triunfadores, sientan que sirven para mucho y que
cuando llega la universidad puedan demostrarlo. Por eso me sentí muy bien desde
el primer día que entré a un salón de clase, porque ahí fui a practicar lo que
la escuela normal me había dicho y para los que me había preparado: para ser
maestra. Maestra viene de magister, el que enseña y ese ha sido mi norte toda
la vida, por eso me sentí bien en ese momento y me siento bien ahora también.
¿Dónde comenzó su carrera?
En
el Instituto Escuela Lagunillas, una escuela privada que venía con un contrato
con las escuelas de la Compañía para que estudiaran ahí los hijos de los
empleados de nómina mayor de la compañía Shell, lo que posteriormente fue
Maraven, y después estudiaron los de nómina mayor de Creole que fue después
Lagoven. Creole y la Mene Grande Oil Company.
¿Cómo llega al Colegio Alemán
de Maracaibo?
Yo
hice una pasantía por el Bilú, el colegio hispano-hebreo, luego de mi renuncia
al Instituto Escuela, mi papá había terminado de trabajar en la empresa
petrolera, lo jubilaron, nos vinimos a Maracaibo. Sin embargo, continué
viajando 3 años a Lagunillas, por el amor que le sentía a aquel colegio, e
incluso llegué a trabajar en bachillerato en ese colegio, daba matemática hasta
3er año y es por eso decido venirme a Maracaibo para terminar la licenciatura,
porque vivir en Lagunillas y estudiar en Maracaibo era bien complicado. Saqué
los Estudios Generales por Cabimas, porque vivía en Cabimas con un hermano y
luego tenía que trasladarme a Maracaibo. De tal manera que, trabajar en
Lagunillas, vivir en Cabimas y estudiar la universidad en Maracaibo era muy
complicado, por eso me vine. Estando en el Bilú un día me dice la directora que
le habló la profesora Carmen de Alfonzo, que era la directora del Alemán en primaria, porque
estaban necesitando una maestra, y ella le dijo que estaba yo, pero que yo
quería dedicarme a bachillerato. Igual me dijo que fuera, que Carmen de Alfonzo
quiere que vaya. Le dije que no iba a trabajar en el CAM, que yo no quería
volver a primaria. Me dijo que fuera para que dejara de insistir y así hice. El
Alemán, en ese tiempo, estaba frente a la Escuela de Arte Julio Arraga, por ahí
quedaba también el Liceo Guzmán Blanco. El colegio estaba en una casona
alquilada y que estaba modificada. Habían construido unos salones en la parte
de atrás, pero era una casona vieja, al menos la fachada y había una estructura
que era vieja pero otra nueva que habían estado construyendo los alemanes, y
ahí funcionaba bachillerato.
¿Recuerda ese primer día?
Si,
como no… cuando me dicen que venga, yo voy del Bilú a ese colegio y en eso me
presento, estaba la señora Hauffe y un señor que no recuerdo bien. Saludo y
digo que tengo una entrevista con la profesora Carmen de Alfonzo. Cuando ella
llega me doy cuenta de que es Carmen Salazar, es de lagunillas y le digo que
soy hija de Teodoro Reyes, los Reyes de Lagunillas y me lleva a la biblioteca,
me dice que ella quería una maestra, pero que no era de maestra que ella me iba
a poner, me ofreció la dirección del colegio, porque sabía quién era, porque yo
traía trayectoria del instituto escuela y lo consideraban elite y por la calidad
académica. Ella sabe porque yo le di clase a una cuñada de ella. Me conocía
bien. Quiere que yo sea la directora porque el director se va. Habló con los
miembros de la Asociación Escolar Alemana, me entrevistaron y me dijeron que
volviera tal día. Fui y me dijeron usted se queda con nosotros, vimos su
currículo, la experiencia que tiene y es aquí, le ofrecemos esto y esto y hasta
el sol de hoy.
¿Cuando asumió la
dirección del colegio?
La
asumí en el 84/85, el 15 de septiembre de 1984.
¿Recuerda lo que sintió?
Una
gran responsabilidad, porque yo venía de una institución de gran calidad y con
gran sentido de la responsabilidad, era un colegio de renombre que había
contribuido a mi formación profesional y yo venía con una gran carga de
responsabilidad y preparación. Uno salía con muy buenas notas de la normal pero
con la experiencia aprendí mucho. Cuando llegué acá dije: esto tiene que ser
tan bueno como aquello, de todas maneras el Colegio Alemán de Maracaibo ya era
el Colegio Alemán de Maracaibo, y yo vi que tenía que contribuir a su grandeza,
pero todavía habían muchas cosas por hacer para continuar creciendo.
¿Cómo le gustaría ser
recordada?
Como
una persona justa… porque la justicia ha sido una de mis normas, a mí me gusta
que el muchacho y las personas sientan que soy justa, porque si hay algo que me
molesta es la injusticia. Me gustaría que me recordaran como alguien que hizo,
que contribuyó a la formación de mucha gente con créditos, con valores, con
ganas de querer ser grandes y lo han sido, y que siento una gran satisfacción
cuando muchachos exalumnos me escriben o me llaman de varias partes del país.
Médicos, abogados, ingenieros y me dicen mire profesora se acuerda de mi yo soy
fulanito de tal y claro que me acuerdo, y mandan recuerdos y muchachos
agradecidos, dicen palabras muy lindas y llega. Me llena que las personas sean
triunfadoras y hagan de su vida algo provechoso.
A pesar de tantos momentos
difíciles en el plano personal y profesional ¿qué le da ánimos para continuar?
Mi
familia… yo soy muy gregaria y mi familia es muy unida. Siento que he sido
medio madre de mis hermanos, soy muy protectora y siempre ha sido así. Siento
que, a pesar de todas las cosas que están ocurriendo en el país, de ver que en
educación hay cosas que están implantando que son un desastre, que no tiene ni
pies ni cabeza, a pesar de eso creo que vale la pena seguir luchando. Creo que
este es un país del que se puede esperar mucho. Desde el punto de vista
personal: mi familia; y desde el punto de vista general, el país creo que vale
la pena. Respeto a la gente que se va del país, esa fue su opción y eso es lo
que ellos creyeron, pero creo que hay que luchar en este país, hay que quedarse
y luchar porque vale la pena…
¿Qué significa el Alemán
de Maracaibo para usted?
Yo
no voy a decirte que todo… pero si mucho… significa mucho, cuando tú le das
parte de tu juventud a una institución, cuando tú le das años de tu vida a una
institución crea unos lazos afectivos muy estrechos y tu terminas
identificándote con la institución y su gente. Entonces el Alemán representa
mucho para mi sentimentalmente hablando, porque siento que fueron muchos los
compromisos que yo hice con esta institución. Recuerdo que cuando me llamaron
para trabajar aquí, como al año me llegó un amigo a la casa y me dijo que tenía
una entrevista con el rector de la URU, que quedaba vía La Concepción, y me
dijo que el Dr. Fulanito de tal quería hablar conmigo y le pregunté para qué.
Me dijo que quería que formara a parte del cuerpo de profesores de allá, que necesitaban
profesores de Física, Cálculo y estaba interesado en hablar conmigo. Para mi
pesó más el Colegio Alemán que ir a trabajar con la URU. Le dije que le diera
las gracias al rector, pero que yo estaba trabajando en el Alemán y aquí me iba
a quedar… Se crean unos lazos afectivos y de compromiso que son difíciles de
soltar, a veces uno puede sentirse agobiado, pueden pasar muchas cosas en un
día, es el gobierno, es el alumno, es el representante, es el profesor, pero
aquí sigo, como me dijo alguien una vez, eso es un día, al día siguiente son
menos cosas y aquí sigo… hasta que Dios quiera…



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